Cuando Rosario nació, nada avisó que una triste enfermedad la acompañaría, pero más cruel aún, fue el rechazo que tuvo de sus padres.
A los 8 meses de edad sufrió poliomielitis, lo que hizo que su infancia fuera dura, más aún cuando llegó al colegio y sus compañeros se encargaron de agredirla y rechazarla.
El deseo de Rosario por correr era más fuerte que cualquier dolor, así que ella decidió aferrarse a ese sueño. Pero una madre adicta al alcohol y la miseria extrema fuera las condiciones ideales para aumentar su tristeza.
Su familia perdió todo. Y entre ella y sus hermanos tuvieron que aprender a cuidarse solos ya que su madre constantemente los dejaba, pero pronto Rosario encontró en el licor un escape de su realidad.
Tanta fue su soledad y desesperación, que Rosario intentó suicidarse. Cuando despertó en la camilla del hospital, y al despertar, solo tuvo mas rabia al ver su familia preocupada porque tuvieron lastima de ella.
Rosario creció, y conoció a un hombre que pronto se ganó su confianza, ya que él no la rechazó. Pero al año, ella supo que él le era infiel, pero aun así Rosario siguió con la relación, la cual dio como resultado una hija, quien nació con tres dedos en cada mano y cuatros dedos en cada pie. Rosario clamaba a Dios que le quitara a ella para darle a su hija. Pero este hecho solo acentuó su adicción.
Luego nació su otro hijo, y aun así Rosario seguía con su relación compartida con el único que solo la daba promesas vanas, hasta el día en que él drogado comenzó a pegarle, y en ese momento ella recordó todo lo que su padre le hizo y supo que no era bueno que por un hombre arruinara la vida de ella y sus hijos.
Su suplica a Dios comenzó, y su hermano pronto la invitó a una iglesia, y ahí, una pastora oró por ella y Rosario abrió las puertas de su corazón a Dios, pidiéndole que le diera una nueva vida lejos de todo lo que había vivido.
En ese momento, Jesús sanó su corazón y Rosario cambió de vida, por eso hoy día dedica su vida y su casa para ayudar a los niños de la calle que están necesitados de amor, así como ella vivió, sabiendo que es Dios quien la bendice y le da fortaleza para ayudar a muchos niños y niñas a ser amados.
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